Antes de viajar, brindamos. La experiencia lo merecía. Del 8 al 12 de noviembre hemos

formado parte

de la experiencia Ruinart 1729, un viaje a la Maison de Champagne más antigua del mundo para maridar nuestros platos con sus cuvées. La gastronomía del chef Roberto Terradillos convertida en originales y exclusivas tapas para un proyecto singular desarrollado en Madrid.

Ruinart House 1729 ha ofrecido a los visitantes la oportunidad de conocer la historia, la tradición y el origen de la Maison de Champagne más antigua del mundo y acercarse a los secretos de la uva Chardonnay, el Blanc de Blancs así­ como otras cuvées como Ruinart Rosé, Dom Ruinart 2004 y Dom Ruinart Rosé 2002.

Todo ello escoltados por una muestra colectiva de las obras que diferentes artistas contemporáneos han creado inspirados en la marca. No en vano, la Maison se ha convertido en el Champagne del mundo del arte gracias a las relaciones que ha desarrollado con diferentes artistas como Piet Hein Eek, Hervé van der Straeten, Georgia Russell, José María Ciria, Abraham Lacalle, Hubert Le Gall o Erwin Olaf entre muchos otros.

Chipirones, mantequilla, zanahoria y judí­a verde, trucha de la montaña palentina, jugo de verdura y patata y trompeta de la muerte o ciervo con infusión solar de algarroba, berza y castaña son algunos de los platos creados por nuestro equipo para la cata “Interpretation” con las cuvées Blanc de Blancs y Rosé y las cenas de maridaje con mucho más que un simple champagne, porque desde su fundación en 1729, Ruinart ha asociado maestría y audacia para crear champagnes excepcionales.

La Maison Ruinart se encuentra encima de las “crayeres”, una antigua cantera subterránea de piedra caliza creada por los Romanos, que supone un marco incomparable para envejecer su producto. En 1931 fue reconocida como la única bodega Monumento Nacional de Francia y, en 2015, Patrimonio Mundial de la UNESCO.